Por todos es sabido que los cánones de belleza han ido cambiando a lo largo de la historia: la obsesión por la proporcionalidad en la antigua Grecia; el arquetipo pasadito de peso que bien retrató Ruben en el siglo XVII; y un sinfín de cambios en nuestra era en la que hemos visto las curvas de Marilyn, la exuberancia desproporcionada de los 90 y ahora ya logramos salir del canon de la extrema delgadez.
El caso es que centrándonos en estos últimos años sí ha existido un factor común: el cuerpo delgado (llegando a ser demasiado delgado). Está resultando ser sinónimo de buena salud y así se nos vende mediante chicas esbeltas que nos muestran la calidad de los productos multifibras, bios, 0%, etc…
En ocasiones escuchamos a alguien decir: “no sé para qué corre tanto con lo delgad@ que está” o “a ti con poquito que controles la alimentación te basta para mantenerte”. La cuestión es: ¿estar delgado es directamente sinónimo de gozar de buena salud?¿puedo permitirme el lujo de no moverme si no me sobran kilos? La respuesta, como podéis imaginar, es que no.
Tanto la gente delgada como la que no lo es puede aprovechar los beneficios que el ejercicio físico puede otorgarle como muchas veces hemos ido comentando en otras entradas del blog.
Tanto es así que un estudio realizado en 2007 demostraba que la condición física era un factor significativo en cuanto a la mortalidad en gente de tercera edad, independientemente de la grasa general (y en concreto la abdominal) que presentaran. Así pues demostraba que la delgadez no era sinónimo directo de salud.
Cada vez son más los especialistas en salud que abogan por la práctica de ejercicio físico de cara al bienestar, dado que su ausencia puede comenzar a considerarse un factor de riesgo de cara a padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
(insertar imagen delgadez. Pie de foto: La Historia nos ha dejado distintos ejemplos de belleza dependiendo de cada época.)
Si mi complexión es delgada debo preocuparme por mantener una buena condición física de cara a prevenir también otros problemas como la sarcopenia (pérdida degenerativa de masa muscular) y enfermedades oseo-articulares.
Y como broche final un argumento en cuanto a lo que interfiere la delgadez en la seducción (en este caso de la mujer hacia el hombre):
Un estudio de la revista Cleo sobre “Amor, sexo y dieta” demuestra cuán distintas con nuestras formas de mirar. A los encuestados les enseñaron las fotografías de cuatro modelos de diferentes tipos para que eligieran el cuerpo ideal. La aplastante mayoría de las mujeres describió como perfecta a la más delgada, sólo el 19% de los hombres consideró que lo fuera. Ellos, en cambio, se decantaron mayoritariamente por una que el 85% de las encuestadas describió como “persona con sobrepeso”. (Fuente “Tú sexo es tuyo”, Sylvia de Béjar).